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                                                                           APUNTE HISTÓRICO DE LA TORRE DEL CLAVERO  

La Torre del Clavero es un edificio emblemático de la ciudad de Salamanca, aunque no muy bien documentado y falto de una monografía específica. Su denominación parece deberse al hecho de haberla mandado edificar don Francisco de Sotomayor, Clavero de la Orden de Alcántara, cargo que conllevaba la responsabilidad de custodiar las llaves de las fortalezas y del archivo de la Orden.

El personaje procedía de un prestigioso linaje gallego afincado en Salamanca, que aparece estrechamente involucrado en los principales acontecimientos de la historia local y regional durante la Baja Edad Media en la Corona de Castilla y que incluso participó en la guerra de Granada con los Reyes Católicos. Este noble era señor de la mitad de Baños de Ledesma y poseía bienes raíces allí y en otros lugares próximos, como Carrascal de Velambélez y Zarapicos.

La Torre del Clavero fue erigida como elemento integrante de un palacio en la segunda mitad del siglo XV, en aquel triste período en que la ciudad quedó fraccionada en dos grandes bandos o partidos: el de Santo Tomé de los Monroy y el de san Benito de los Manzano. Junto a la Torre del Aire, es representativa de lo mejor de las fortificaciones urbanas edificadas por la nobleza salmantina a lo largo de esta centuria. Era la torre de una casa señorial en una época en que los señores, mal avenidos, competían en prestigio por tener las torres más altas.

La torre estaba situada en una zona de concentración de casonas y palacios, cercana al de los Anaya y a la torre de Abrantes. Correspondía a la feligresía de san Adrián, cuya iglesia titular quedaría unida más tarde, mediante un pasadizo de amplia arcada, al palacio de Orellana y dejaba discurrir en medio lo que hoy es la calle de San Pablo.

En la actualidad, la Torre del Clavero es lo que ha quedado del palacio primitivo y se encuentra ubicada enfrente de la casa de los Churriguera, reconvertida en Colegio de abogados.

La torre en 1771 pertenecía a don García Golfín del Águila, año en que se realizan obras de restauración.

En el emplazamiento cercano a la torre, a finales de 1839 se derribó el Colegio de San Carlos de los Clérigos Menores. Unos años más tarde, en la década de los 50, se produjo el derribo de la relevante iglesia de san Adrián, por lo que quedó una amplia explanada yerma.

En 1867 la casa palacio era propiedad del marqués de Santa Marta, Enrique Pérez de Guzmán el Bueno, un aristócrata y político republicano dueño de los Baños de Ledesma, que inició sobre el solar una nueva construcción adosada a la torre.

Con posterioridad, el edificio adjunto ha pertenecido a la Diputación de Salamanca, donde ha albergado distintas dependencias y organismos dentro de la institución, uno de ellos el Instituto de las identidades.

En la segunda mitad del siglo XIX se colocó una linterna o mirador sobre la plataforma superior de la Torre del Clavero, que permitía la iluminación y ventilación de la construcción mediante ventanales.

En junio de 1867 la Comisión Provincial de Monumentos de Salamanca solicitó al propietario la demolición de este elemento adventicio por afectar y deslucir el conjunto arquitectónico. La reclamación no prosperó, por lo que la linterna continuó en su lugar, como testimonia Pedro Antonio de Alarcón, quien en 1883 afirma en sus Viajes por España: “dicha torre pertenecía antes a un extenso edificio, pero hoy se ha quedado aislada y sola. […] Edificose en 1484 a expensas de don Francisco de Sotomayor, clavero de la orden de Alcántara, y hoy pertenece al señor marqués de Santa Marta. Recientemente han construido en lo alto de ella una especie de templete u observatorio de pésimo gusto y, pues me honro con la amistad de dicho señor marqués, atrévome a suplicarle que mande derribar aquel detestable apéndice por muy asombrosas que sean las vistas que desde él se disfruten”.

En septiembre de 1885, se produjo el hundimiento del piso alto de la torre del Clavero con el mirador allí instalado, si bien, por fortuna, no causó la ruina de la torre.

En 1892, con motivo del IV Centenario del descubrimiento de América, se urbanizó la plaza de Colón y en 1893 se levantó una estatua en honor del descubridor.

En 1931 la Torre del Clavero fue declarada monumento por decreto.

En 1943 el marqués de Santa Marta, Alfonso Pérez de Guzmán, cedió la torre de manera gratuita al Ayuntamiento de Salamanca.

En 1971 se abrió la puerta de entrada en la calle Consuelo. Anteriormente el acceso habitual a la torre era desde el edificio contiguo, a través de un vano que comunicaba con la planta primera, la Sala de Juntas actual del CES. Dicho vano se cegó con posterioridad.

En 1979, la primera Corporación democrática, siendo alcalde Jesús Málaga, posteriormente miembro y presidente del CES, creó el programa Salvar un monumento cada año. La torre del Clavero fue el primero en beneficiarse de dicha actuación y enseguida comenzaron las obras de restauración para instalar el Museo de Historia de la Ciudad. La inauguración del museo tuvo lugar el día de Reyes de 1980 y la institución ocupó las cinco plantas de la torre. Su director fue Salvador Llopis, miembro del Centro de Estudios Salmantinos y director del Archivo Histórico Municipal, que asumió la Dirección del Museo de Historia de la ciudad.

En 1987 se instala el Centro de Documentación Europea de la Universidad de Salamanca, que después de tres años cede el testigo a la Universidad Iberoamericana de Postgrado, actual Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado (AUIP). Este organismo se trasladó al ala este de la Plaza Mayor y a la torre de Abrantes, antes de ocupar las instalaciones actuales de la Hospedería Fonseca.

En el 2002 la Junta de Castilla y León emprendió la restauración de la Torre del Clavero. Durante mucho tiempo permaneció vacía y sin uso.

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