Enrique Cabero Morán
Acto de ingreso
Jueves, 23 de octubre de 2014
Jesús Málaga Guerrero. Presentación del discurso de entrada de Enrique Cabero Morán
Ignacio Francia Sánchez. Contestación al discurso de entrada de Enrique Cabero Morán
Uno de los acuerdos de la nueva Junta Rectora del CES fue la de celebrar la entrada de sus miembros en lugares singulares de la ciudad de Salamanca. Tratábamos de recuperar para estos actos los espacios emblemáticos desde el punto de vista arquitectónico e histórico. El Salón de Plenos del Ayuntamiento, el edificio histórico de la Universidad de Salamanca, el Aula Magna de la Universidad Pontificia, la Casa Lis, el teatro Liceo y ahora la Casa del Pueblo han sido los espacios elegidos por otros tantos miembros para leer su lección con la correspondiente contestación por un numerario de la academia salmantina.
Enrique Cabero disertó sobre un tema apasionante de nuestra historia local reciente: los orígenes de los sindicatos de clase en la ciudad de Salamanca. Para exponer sus investigaciones ha escogido la Casa del Pueblo. En este lugar emblemático se encontraba hasta 1936 la sede de la UGT y el PSOE. Tras la Guerra Civil pasó a manos de los sindicatos verticales. Este edificio fue trasferido a las centrales sindicales, UGT y Comisiones Obreras, y a la patronal CONFAES en plena transición a la democracia. Por gentileza de la Unión General de Trabajadores el CES celebra hoy la entrada de uno de sus miembros. Quiero agradecer a su secretario general y a su ejecutiva la cesión de su salón de actos.
En este lugar donde estamos se han vivido momentos históricos, se han impartido conferencias, se han dado mítines, y se han solicitado reivindicaciones sin fin, pero también desde aquí se han dictado órdenes para iniciar persecuciones y acosos a dirigentes sindicales y políticos.
Pero lo que ahora nos importa es que desde este lugar se han trazado las líneas maestras del movimiento obrero salmantino. Nombres emblemáticos como don Miguel de Unamuno, Filiberto Villalobos, Jaime Vera, Primitivo Santa Cecilia, José Manso y Dorado Montero estuvieron ligados a la Casa del Pueblo y en ella se hicieron oír. Es para mí un orgullo que el CES esté hoy presente en este lugar. A una academia como la nuestra los asuntos relacionados con nuestra historia reciente le interesan al igual que la de nuestro pasado más remoto.
Aunque mi presencia en este estrado es en mi condición de presidente del Centro de Estudios Salmantinos, no puedo separarme de mis otras pertenencias. Estoy afiliado a la UGT desde la clandestinidad; me siento orgulloso de pertenecer a este sindicato centenario que fue fundado por Pablo Iglesias y que ha sido referente ético para millones de trabajadores españoles en su anhelo por conseguir el Estado del Bienestar durante más de un siglo.
Me sorprende con frecuencia lo mucho que conocemos de la Salamanca de los siglos XV, XVI y XVII, y lo poco de la historia de la ciudad del siglo pasado. La censura imperante en los convulsos años de nuestra guerra y la larga posguerra pueden ser la causa de este desinterés. Cuando en el curso pasado el CES dedicó una semana a celebrar los setenta y cinco años del final de la Guerra Civil, las mesas redondas y las películas proyectadas contaron con poco más de medio centenar de personas. Parece como si no interesara nuestro pasado más reciente; grave error, ya que el presente está cargado de referencia a ese tiempo vivido por nuestros padres y abuelos. Muchos de los problemas que hoy sufrimos tienen su origen en acontecimientos históricos de nuestro reciente pasado.
Este verano he leído un libro autobiográfico de Esteban Madruga. Su título, “Hola Chaval”, era la forma con la que un joven falangista saludaba al autor cada vez que se cruzaba con él. Madruga era funcionario municipal, y no tenía nada que ver con el rector de su mismo nombre y apellido. Esteban relata, con la frescura de un niño, la vida en Salamanca durante los años de la Guerra Civil, aportando una visión distinta a la transmitida por los historiadores. Al terminar de leer los más de doscientos folios, prologados por Enrique de Sena, me he quedado con ganas de conocer mejor la Salamanca de los años de la guerra y de la posguerra
La lección que Enrique Cabero nos ha preparado para hoy está en esa línea, en darnos a conocer los orígenes de unas instituciones, los sindicatos, necesarios e imprescindibles en democracia. Sindicatos de clase que están siendo atacados sin piedad en los últimos tiempos sin darnos cuenta que una sociedad participativa, avanzada, no puede prescindir de ellos, y más en unos momentos en los que los asalariados están retrocediendo en sus derechos adquiridos en la lucha de muchos años.
Prestémonos a escuchar a Enrique Cabero, su disertación quedará plasmada en una publicación del CES que estará en las librerías próximamente y que todos ustedes podrán leer con más detenimiento. Con esta aportación los buscadores de publicaciones salmantinas podrán satisfacer su curiosidad, ya que muy pocas veces hemos visto tratado este tema tan fundamental para entender nuestra historia local.
Jesús Málaga Guerrero
Presidente del Centro de Estudios Salmantinos