Sobre... José Luis Malho Fernández y Diego Malho Galán, año 2014

         ISBN o ISSN: 978-84-86820-27-5

         Año 1014

 El Palacio de Garcigrande, de morada aristocrática a sede financiera es un estudio que aborda en profundidad el recorrido histórico de un claro ejemplo de arquitectura doméstica renacentista. Afortunadamente, Salamanca atesora un número considerable de casas nobiliarias, levantadas en su mayoría durante los siglos XV y XVI, inmuebles concebidos como autenticas manifestaciones de poder por parte del patriciado urbano. En este caso, nos encontramos, además, ante un edificio emblemático de Salamanca, no solo por su calidad artística, engrosando el rico legado patrimonial de la ciudad y declarado Monumento Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural, sino también por su valor simbólico o referencial, pues ha acogido durante más de medio siglo las oficinas centrales de la Caja de Ahorros salmantina, institución de vital importancia para la Salamanca contemporánea. A pesar de esto, no ha sido este palacio objeto de ningún trabajo monográfico, hecho que explica el desconocimiento existente en torno a su paternidad artística, la identidad de los promotores, la cronología constructiva o su vinculación respecto a importantes personalidades y organismos que lo han poseído o gozado desde su levantamiento, interrogantes que han sido abordados con rigor en la presente obra y que los autores han intentado esclarecer.

Para entender los motivos que impulsaron la construcción de un palacio de estas características los autores analizan en primer término su entorno físico y social, tomando como escenario la colación de Santo Tomé de los Caballeros en los años centrales del siglo XVI –iglesia ubicada en la actual plaza de Los Bandos–, mostrando un espacio que estuvo dominado por destacados linajes salmantinos que escenifica- ron su poder a través de suntuosas edificaciones. Sobre esta base, ha de entenderse el estudio del palacio en una doble vertiente, tanto física –adquisición de solares, proceso constructivo, análisis estilístico y las principales reformas de los que ha sido objeto– como humana, pues el tipo de ejecución y su razón de ser responden a necesidades e intereses de cada época, de ahí que en esta obra se dedique especial atención a la figura de su promotor, el noble salmantino Don Francisco Girón de Villasandino, ejemplo que aglutina las aspiraciones, el ascenso y la ruina de un caballero de la Salamanca del quinientos. La venta del inmueble en 1564 y su posterior agregación a un mayorazgo obliga a seguir su senda en la noble familia de los Castillo Portocarrero, emparentados después con los Espinosa, cuya titulación como Vizcondes de Garcigrande (1761) ha conservado para sí este palacio. Enajenado en 1898 comienza un nuevo ciclo para este viejo caserón, distinguiéndose en la ciudad como hito financiero, en su doble papel de sede central del primer banco salmantino –la casa de banca de Don Florencio Rodríguez Vega– y de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca.

Como colofón, cabe destacarse el amplio conjunto de referencias documentales que acompaña al texto, inéditas en su mayoría, añadiéndose un anexo de más de 50 planos y fotografías que facilitan un mejor seguimiento de la obra. El resultado es este libro, galardonado con el “Premio Villar y Macías”, concesión del Centro de Estudios Salmantinos.

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